El sábado recuerda el día que pasó Jesús entre la muerte y la Resurrección.
Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos, no hay misa ni se comulga durante el día. También se suele rezar el rosario y acompañar a Nuestra Madre Santísima.
Es un día de espera y oración. Cuando viene un amigo, intentamos que todo esté limpio y ordenado. La forma de limpiar el corazón es pidiendo perdón, por ejemplo, por burlarnos de otros, pelearnos o decir cosas que lastiman.
Por la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual en la que nos preparamos para el momento de la Resurrección de Jesús.
Vigilia significa “la tarde y la noche anteriores a una fiesta”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo.
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